Reforma de un hotel para después de la pandemia
Una reforma de un hotel y las líneas de interiorismo a las que se van a adaptar esas reformas en los próximos tiempos, tampoco son ajenas a los efectos del covid-19. Aunque ya resulte repetitivo el discurso, lo cierto es que en un hotel va a resultar más importante que nunca inspirar confianza, seguridad y sensaciones agradables. Esa idea domina, de un modo u otro, buena parte de las tendencias que se abren paso en lo que respecta al diseño de interiores hoteleros.
La incertidumbre de quienes suelen usar este tipo de alojamientos y ciertos temores que, probablemente, tardarán algún tiempo en disiparse, son factores que un establecimiento hotelero tendrá que considerar de manera prioritaria a la hora de encarar la reforma de un hotel.
Sensaciones y ambientes naturales
El empleo de plantas y la búsqueda de las atmósferas que generan los elementos naturales es una idea que encaja muy bien con el nuevo enfoque de las cosas. Son muchos los materiales que, como la arena, el corcho o la piedra, se pueden incorporar a este tipo de decoración, sin dejar de lado las posibilidades que ofrece el agua para crear pequeñas y refrescantes cascadas. Todo ello, junto a alternativas como los jardines verticales, ayudará a transmitir un efecto de tranquilidad y armonía.
La calidez que proporciona la madera con vetas marcadas y lacados oscuros resulta un complemento perfecto para lograr ese entorno natural y acogedor que, por otra parte, es muy adaptable a cualquier línea estética. La madera en los suelos puede ser sustituida por laminados u otras opciones que imiten sus cualidades y sensaciones.
Versatilidad, intimidad y distancia
Al igual que ocurre con las oficinas y otras áreas laborales diseñadas para después de la pandemia, los hoteles deberán dotar a sus espacios de una flexibilidad mayor que la acostumbrada hasta ahora. La posibilidad de adaptarse con facilidad a nuevas circunstancias y a los gustos de los clientes será un aspecto muy valorado.
La huida de la masificación en todos los sentidos es, sin duda, otra corriente que ha experimentado un fuerte impulso a causa de lo vivido en los últimos meses. El cliente tenderá a ser muy selectivo y, con toda probabilidad, preferirá espacios reducidos y habitaciones personalizadas. Se impone el uso de un mobiliario escogido (además de versátil) y el empleo de colores cálidos que eliminen la sensación de estar de paso generada a menudo por los interiores impersonales. Se trata de lograr una atmósfera hogareña y cercana en la medida de lo posible.
Por parecidas razones, será buena idea preparar zonas que permitan a los clientes desayunar de forma independiente, y aprovechar al máximo los espacios abiertos como patios, balcones y jardines con los que cuente el establecimiento hotelero. Dar a los huéspedes la oportunidad de trabajar en el jardín o la terraza, por ejemplo, supondrá un factor muy favorable. También lo será disponer de estancias o áreas semiprivadas que hagan posible la reunión de pequeños grupos de forma relativamente aislada cuando sea necesario.
Tecnologías útiles, enfoques minimalistas y materiales que inspiran confianza
Gracias a la ayuda de la tecnología será más fácil evitar el contacto con los pomos de las puertas, las llaves de la luz, ciertas superficies de los baños y otros puntos que habitualmente son tocados por una gran cantidad de personas. El empleo del móvil para acceder a determinados servicios del hotel y la activación de ciertos sistemas mediante la voz es la alternativa ideal para un uso más seguro de los servicios de hostelería y una experiencia más grata. Se trata de recursos que ya se estaban empleado antes de la pandemia, pero que ahora adquieren una importancia y una presencia mucho mayores.
Las tendencias minimalistas no solo no han perdido un ápice de validez durante este accidentado y atípico 2020, sino que han salido revitalizadas. La sobriedad, la limpieza y la economía de objetos que siempre han caracterizado a estos planteamientos transmiten algunas de las sensaciones más buscadas en estos tiempos: higiene, practicidad y seguridad. A ello contribuirá el uso de materiales como cobre, acero, vidrio y tejidos antibacterianos, más favorables para la prevención de contagios y capaces de generar una mayor confianza en los huéspedes.
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