Reformas en el hogar: ¿cómo afrontarlas?
Las reformas en el hogar siempre resultan aparatosas y suponen todo un reto. No hay forma de simplificarlas, realmente, pero sí que existen varios puntos importantes que es preciso tener claros para que el proceso sea un éxito. Aquí te los presentamos.
¿Qué cambios quiero hacer y cuándo es el mejor momento?
Lo primero que hay que decidir antes de llamar a un profesional de las reformas es qué cambios quiero hacer y cuándo es el mejor momento. La planificación es fundamental y ayuda enormemente a evitar gastos y contratiempos. Recuerda que el mejor momento para comenzar una obra es el verano, especialmente si la reforma es de importancia.
Las reformas en el hogar son trabajos que ensucian y resultan molestos, así lo más frecuente es que la familia abandone el hogar, por lo que los meses veraniegos pueden coincidir en buena parte con las vacaciones. Igualmente, los vecinos acusarán menos estos ruidos si se hacen en este momento del año.
Presupuestos y garantías
En cuanto se tiene claro el anterior punto, hay que buscar varias opciones, solicitar una serie de presupuestos, consultar los materiales, plazos de ejecución y pedir referencias. Internet da la posibilidad actualmente de poder hacer una labor investigadora. Recuerda que el mejor no siempre es el más barato.
Impuestos y toda la documentación necesaria
Los presupuestos por escrito, comprobantes de pago y un calendario de trabajo impreso, son una garantía que aportará tranquilidad al cliente a la hora de afrontar las reformas en el hogar.
El presupuesto debe ser detallado. Se recomienda pedir la entrega por escrito y cerciorarse de que se incluyen los materiales y su precio. En este documento han de figurar también las formas de pago y los datos de identificación de la empresa.
No está de más recordar que el IVA es algo más que un impuesto. Los operarios contratados para las reformas en el hogar que no paguen el IVA probablemente carecerán de un seguro de responsabilidad civil, por lo que ante un accidente o desperfecto es complicado que se hagan cargo de los problemas y gastos que puedan surgir.
Gestión del dinero disponible
Después de que elijamos al profesional y aceptar el presupuesto, se debe administrar el dinero mirando todos los gastos meticulosamente:
- Adelantos: Lo normal es que se exijan al comienzo de la obra. La empresa puede pedir dinero por adelantado; en ese caso, lo mejor es exigir una factura.
- Pagos totales: a la hora de pagar lo común es ser flexible, pactando de antemano con la empresa, pero no pagaremos el total hasta que la obra esté completamente terminada.
- Comprobaciones: Antes de pagar, debemos comprobar si todo se ha realizado como estaba previsto. Esto lleva su tiempo para hacerlo bien.
Fin de la obra y posibles reclamaciones
Si una vez finalizado el trabajo detectamos daños o desperfectos de cualquier tipo en el mobiliario, lo mejor es negarse a pagar la reforma hasta la reparación del problema. Lo mejor es hacerlo de forma amistosa, y siempre habrá tiempo de reclamaciones oficiales en caso de que nuestra solicitud no sea atendida. Además de pedir la factura en regla y el IVA añadido, conviene solicitar que estén incluidos en la obra los términos de la garantía, ya que estarán fechadas, selladas y firmadas por el cliente y el prestador del servicio en cuestión.
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